El gobierno de Estados Unidos, por medio de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, organizó y financió a partir de la antigua Guardia Nacional (somocista) y con la ayuda de otros países como Argentina (en plena era militar), un ejército paramilitar con base en los países vecinos, Honduras y Costa Rica, que intervino en acciones de guerra contra el régimen sandinista con el objetivo de instaurar la democracia en Nicaragua. Estados Unidos financió a “La Contra” para combatir al Ejército Popular Sandinista (EPS), financiado por la URSS y Cuba, interesados en expandir el castro-estalinismo a lo largo y ancho de la América hispana.
El apoyo se incrementó con la administración del presidente Ronald Reagan durante la década de los 80. En 1989 estalló el escándalo Irán-Contra, donde los americanos de Reagan les vendían ilegalmente armas a los iraníes para combatir la guerra contra Irak, con el fin de conseguir fondos de financiamiento para “La Contra” en Nicaragua. Este escándalo puso en peligro, incluso, la presidencia de Reagan.
“La Contra” estaba formada, ya al final, por muchos grupos armados. La única relación que unía a las diferentes organizaciones armadas que formaban “La Contra” era su oposición o supuesta oposición a los sandinistas.
Los grupos más importantes eran los MILAS (Milicia Popular Anti-Sandinista, antes Anti-Somocistas) grupo maoísta y primer grupo en oponerse al gobierno sandinista. La Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), cuyo jefe era el antiguo Coronel Enrique Bermúdez Varela, “El Comandante 380”, asesinado por los sandinistas ya fuera del poder, en plena era democrática de Violeta Barrios, viuda de Chamorro y frente a las oficinas de los Ortega. El Comandante Bermúdez había regresado a la Nicaragua “democrática”, bajo el gobierno de la Violeta, quien le había colocado cuatro escoltas para su seguridad física mientras se encontraba en su país. Un día, el gobierno de la Chamorro le informó que no podían seguir manteniéndole la escolta, por motivos de “presupuesto”. Esa misma tarde, el “Comandante 380” fue brutalmente asesinado, precisamente, frente a las oficinas de los hermanos Ortega en Managua… como para que no quedara la más mínima duda de quién lo había asesinado y de quién era el poder absoluto en Nicaragua.
La Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE), era otro de los grandes grupos armados que conformaban “La Contra”. ARDE estaba liderada por el ex sandinista Edén Pastora, “El Comandante Cero” y Alfonso Robelo, antiguo miembro de la Junta de Reconstrucción Nacional.
Estaban también las Fuerzas Armadas Revolucionarias Nicaragüenses (FARN) de Fernando Chamorro, “El Negro”… además, KISAN, YATAMA y MIDURA, integrados por los indígenas caribeños, eternos enemigos de los sandinistas.
La presión ejercida por todos estos grupos armados obligó a los sandinistas a aceptar acudir a unas elecciones en las que ganó Violeta Barrios, viuda de Chamorro, quien encabezaba la coalición UNO (Unión Nacional Opositora), apoyada por Estados Unidos y los países democráticos de América.
Después de las elecciones, “La Contra” se disolvió y fue absorbida, con más o menos dificultades, por el tejido social nicaragüense. El acuerdo con Estados Unidos fue que en el momento en que se dilucidara el panorama político, a través de unas elecciones debidamente supervisadas, el parapeto paramilitar sería desmantelado de inmediato y así sucedió, dejando las fuerzas armadas bajo el absoluto control sandinista, lo que más tarde demostró ser el gran error que cometieron las fuerzas democráticas en ese sufrido país.
Ya “La Contra” desde la guerra, había sido penetrada por el sandinismo. Las instituciones políticas se habían convertido en la maquinaria sandinista y el control militar y policial estaba en manos de los Ortega. No había para dónde agarrar. Era el exilio o el cementerio. El sandinismo comenzó a asesinar a todos sus enemigos, comenzando por el “Comandante 380” Enrique Bermúdez Varela… y siguiendo con varios centenares de enemigos. Al final, quienes tenían intenciones de seguir viviendo y produciendo en Nicaragua, tenían que plegarse, de una u otra forma, a la dictadura bajo sombra del sandinismo, incluyendo a lo que quedó de la familia Somoza, que al final terminó en cierta y temporal conchupancia con el régimen.
Todos los demás gobiernos a partir de la Chamorro (1990 -1997), el de Arnoldo Alemán (1997-2002) y el de Enrique Bolaños (2002-2007) estuvieron bajo la tutela del sandinismo. Quien se resbalara perdía. El sandinismo tenía sus cuadros en todas las instituciones del poder político y jurídico, además de controlar al ejército... el cual jamás fue desmantelado. Se sabía que la Violeta no gobernaba el país. Era su yerno, Antonio Lacayo, “El Hombre Fuerte de Centroamérica” como le llamaban, quien fungía de Ministro de la Presidencia, pero al servicio de los hermanos Ortega y del FSLN. Este súper ministro llegó a decir que el gobierno que representaba (el de la Violeta Chamorro) era la continuación de la revolución sandinista. La Violeta terminó convirtiéndose en una especie de “Reina Embajadora”, para asuntos protocolares internacionales.
El gobierno de Bolaños llegó a ser tan pro-sandinista, que el Secretario de Estado—de Estados Unidos— Collin Powell, le haló las orejas, ordenándole que mantuviera su distancia con el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Los “contras” habían ganado la guerra, pero habían perdido a Nicaragua.
Lo importante de la experiencia nica, en función del proceso histórico venezolano, es que muchos líderes de la oposición en Venezuela, para apoyar y justificar la vía electoral en nuestro país, alegaban que a los dictadores se les podía sacar del poder como sucedió en Nicaragua y en Chile. Además de servir como espejo, no solamente en cuanto a lo que a la “oposición conchupante” se refiere, sino a cómo se adueñan estos castro-estalinistas de un país, para no soltarlo jamás… aún tras elecciones transparentes.
No podríamos dejar fuera, para evaluar ambos procesos (el de Venezuela y el de Nicaragua, porque el chileno tiene otras variables muy diferentes) el factor paramilitar: ¡miles de hombres armados bajo un mismo objetivo!
La guerra fratricida nicaragüense afectó los intereses políticos, sociales y comerciales de toda una región. Los llamados “contras” estaban abiertamente apoyados por una potencia mundial de primer orden, sobre todo, en nuestro continente. La mejor manera de acabar con aquella guerra, que se extendió durante una década y produjo varias decenas de miles de muertos y lisiados, era a través de unas elecciones. La jugada de los sandinistas fue perfecta. Según ellos, habían quedado tablas en el plano militar. Lo mejor que podía pasarle al Clan Ortega era perder las elecciones, como en efecto sucedió, pero dejar intactas sus fuerzas militares… como terminó sucediendo. Cuadrar a los nuevos gobernantes sería soplar y hacer botella, como en efecto sucedió. De haber ganado los sandinistas aquellos comicios, hubieran hecho trampa para declararse derrotados y derrotar así el factor de la guerra; total, a fin de cuentas se quedaron – tras bambalinas – en el poder y con todo lo que les habían quitado a los oligarcas nicas (los llamados “confiscados”), durante la era abiertamente sandinista, confiscaciones que están reapareciendo hoy, en esta nueva etapa abierta del sandinismo de los hermanos Ortega.
El yerno de Violeta Chamorro, Antonio Lacayo, era – como ya dijimos – quien de hecho “gobernaba” Nicaragua. Más adelante demostró ser una pieza importante del sandinismo y hoy se desempeña como el asesor financiero del régimen, plenamente identificado con él. Por cierto que poco antes de morir la madre de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, el esposo de la Violeta, aseguró que a su hijo no lo habían matado los somocistas, acusando – tácitamente – a los sandinistas, quienes aprovecharon la muerte del dueño del periódico “La Prensa”, para fomentar disturbios callejeros que hicieron posible la estocada final al dictador Somoza.
De Arnoldo Alemán ni hablemos. Un perfecto desconocido a quien lo hicieron los propios sandinistas, como el régimen de Venezuela se ha dado a la tarea de construir la imagen de Manuel Rosales… a punta de quemarle la alcaldía, de hacerle atentados quirúrgicos, en donde salió muerto uno de sus guardaespaldas y de montarlo en la alcaldía de Managua.
Con Rosales se empleó otra estrategia. Primero fue asignado (sabrá Dios cómo y por quiénes) como el candidato único de la unidad, con el compromiso de aceptar la derrota antes de que cantara el primer gallo de la madrugada y se terminaran de contar los votos. ¿A quién se le puede ocurrir que Chávez quiera sacarlo del medio, si ha sido uno de sus más grandes colaboradores desde SU oposición? Para sacar del medio político (y de la calle), tanto a Alemán en Nicaragua, como a Rosales en Venezuela, solamente hay que acusarlos (de verdad-verdad) de corrupción y llevarlos a prisión, luego: inhabilitarlos políticamente. Se dice que Alemán fue encarcelado por corrupción. Hoy sabemos que eso fue todo un show mediático montado por el sandinismo. No hace mucho, en un intento por parte de los Ortega de levantar las acciones a Alemán, éste fue – nuevamente – acusado, pero su causa fue cerrada antes de que se disolviera el humo del escándalo. Al mismo tiempo, la Asamblea Nacional de Venezuela montó el mismo paripé con Manuel Rosales… y hasta lo “sacó” del país.
Durante los gobiernos democráticos de la Chamorro, de Alemán y de Bolaños, no fue llevado ante los tribunales un solo caso criminal de los tantos que cometieron los sandinistas cuando estaban abiertamente en el poder. Peor aún: ninguno de los cientos de asesinatos políticos ocurridos durante los gobiernos democráticos terminó en los tribunales. Hubo un caso patético en 1991 (durante el gobierno de la Violeta), el del Coronel (de la Seguridad del Estado, durante la primera década abiertamente sandinista) Frank “Trompudo” Ibarra, quien luego de asesinar a uno de los grandes líderes civiles de la oposición, el Dr. Argel Sequeira, dio una rueda de prensa aceptando que lo había ajusticiado y, lo peor: donde anunció el futuro ajusticiamiento de Arnoldo Alemán, amenaza que era parte del libreto, pues jamás se llevaría a cabo.
Días antes del referéndum de la enmienda del 15 de febrero de 2009 en Venezuela, el auto-proclamado jefe del grupo paramilitar venezolano, “La Piedrita” – un tal Valentín David Santana Torres – aceptó la responsabilidad por los atentados con bombas lacrimógenas y tiros en Globovisión, la Nunciatura Apostólica, el Ateneo de Caracas, el Nuevo País, el partido Copei y los hogares del Dr. Marcel Granier (alto directivo de RCTV) y de la Lic. Marta Colomina, periodista de connotada trayectoria en las filas de la oposición. En la misma entrevista periodística, aseguró que Granier sería ajusticiado por ser considerado un objetivo militar. Cualquier similitud con los eventos protagonizados por el Coronel Ibarra en la Nicaragua de los años 91 (durante el comienzo de la era democrática de Violeta Barrios, viuda de Chamorro) y éstos en donde se auto-involucra el Comandante Santana, es – por supuesto – pura coincidencia. Tal vez lo que funcionó bien en la Nicaragua de los Ortega, se aplicó, se está aplicando y se aplicará en la Venezuela de Chávez. El común denominador de ambos casos arriba narrados, ha sido la más absoluta impunidad. El escándalo provocado por Santana Torres, sin embargo, sirvió para guaralear, marear y entretener más a los venezolanos, días antes de llevarlos – nuevamente – al matadero electoral.
De regreso a Nicaragua, se puede decir que ya los nicas aceptan la versión en la cual se asegura que Alemán jamás pagó un solo día de cárcel y que lejos de haber sido un dirigente clave y de importancia de la oposición, había sido – SIEMPRE – un perfecto conchupante que fungió, es su momento, de “gallo tapado”, como Francisco Arias Cárdenas y Manuel Rosales, entre muchísimos otros en Venezuela. Para las elecciones regionales del año 2008 su figura política estaba totalmente desprestigiada en el grueso de la población, razón por la cual los Ortega comenzaron a construir la imagen de un nuevo opositor: Eduardo Montealegre.
Enrique Quiñones, quien había sido un fuerte aliado de Arnoldo Alemán y quien se cansó de acusar a Montealegre de traidor y corrupto, terminó como candidato a la vice-alcaldía de Managua, un año después, en la fórmula de Eduardo Montelegre y redireccionando sus baterías en contra de Alemán, a quien hoy acusa de “dialoguero” y “pactista”, además de corrupto y traidor.
Conocí al Comandante Marlon Gutiérrez en la ciudad de Miami, meses antes de que Rosales se lanzara al ruedo como candidato presidencial – único – en las pasadas elecciones presidenciales, donde perdió por una ñinguita. Venezuela estaba entretenida con el cuento chino de las primarias. Todo el mundo analizando las encuestas para determinar quién sería el “Cid Campeador” que la oposición le lanzaría a Chávez.
Un día me comentó el Comandante Gutiérrez, quien había heredado el liderazgo político de los “Contras” tras el asesinato del Comandante Enrique Bermúdez frente a las oficinas de los Ortega en Managua, que Chávez no perdería las elecciones porque había hecho lo que Daniel Ortega hizo en Nicaragua: buscarse un gallo tapado para que fuera su contrincante; una estrategia que había repetido, hasta el cansancio, Joaquín Balaguer en la República Dominicana, treta que lo ayudó a mantenerse en el poder, interrumpidamente, durante más de 20 años. Algo viejo en Chávez, quien en sus anteriores elecciones había hecho lo mismo – ahora ya no tenemos duda alguna – con su compadre, el Comandante Francisco Arias Cárdenas.
En aquella oportunidad, Gutiérrez me mencionó el nombre de Manuel Rosales y eso no me cuadró para nada. Todavía estábamos en Venezuela con el teque-teque de las primarias. Los nombres que más sonaban eran los de Julio Borges, Teodoro Petkoff y otros payasos conchupantes por ahí. Para mí Rosales era aquel politicucho oportunista que aceptó el triunfo, en buena lid, de Chávez en el Referéndum Revocatorio, cuando todo el país manejaba la versión del mega fraude. ¿Manuel Rosales? ¡No lo creo!
Cuál sería mi sorpresa cuando un día viendo la televisión venezolana desde mi televisor en Miami, me topé con Julio Borges en la pantalla, anunciándole a toda Venezuela que ya se había llegado a un candidato de consenso: Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia. Nadie en Venezuela, ningún periodista de la supuesta oposición, se preguntó de dónde salió ese consenso. Lo más interesante de este asunto es que todavía en Venezuela los venezolanos estaban anestesiados con la bobería de aquellas “primarias”, en las cuales se escogería al candidato de la unión (“primarias” que jamás se llevarían a cabo, lo que era del conocimiento de sus organizadores, comenzando por Chávez, siguiendo con Teodoro Petkoff y finalizando con Julio Borges, los tres miembros del “consenso”), cuando ya un nicaragüense de Miami sabía quién iba a ser ese candidato… y lo más insólito: ¡CUÁL SERÍA LA MISIÓN FINAL DE ESE CANDIDATO!
Ahí mismito comencé a denunciar la trampa en todas las formas y maneras posibles. En la estación radial de La Poderosa había un programa diario dedicado a la problemática venezolana, dirigido por un tal Guanipa y por el teniente que fue acusado de poner los triqui-traquis frente a la embajada de España y del consulado de Colombia. Ahí comenzaron a atacarme acusándome de disociado, extremista, radical, mentiroso y paremos de contar. Entonces contaba con un solo aliado, mi compañero de infortunio en Miami: el ex diputado a la Asamblea del estado Mérida, Roger Vivas… uno de los pocos asilados políticos, de verdad-verdad, que se podían contar en la gran urbe del Sur de la Florida.
Le había escrito y publicado una carta abierta al candidato de la avalancha, Manuel Rosales, en la cual – ÚNICAMENTE – le pedía que reclamara ante el C.N.E. y para sus millones y millones de seguidores, las mínimas condiciones para poder acudir, en buena lid, a las elecciones presidenciales donde él sería el candidato único representando a la oposición. Las utópicas peticiones se las formulé a sabiendas de que jamás me haría caso, porque sabía que ya todo se había cuadrado y la traición estaba montada. Sin embargo, esa carta me costó hasta las buenas relaciones con algunos miembros de mi propia familia, sin mencionar las de una avalancha de amigos y de seguidores cibernautas.
El Comandante Marlon Gutiérrez, ahora emocionado porque yo le había “comprado” su “pitazo”, comenzó a darme mucha información respecto de Rosales. Un día me informó sobre una reunión que estaba pautada entre Rosales y José Vicente Rangel, siendo Rosales candidato presidencial y José Vicente, el vicepresidente de Chávez.
Como ya había echado a rodar el alerta sobre la traición de Rosales, recibí un email tremendamente interesante de un lector que se identificaba con un pseudónimo, quien prometió mantenerme al tanto de todos los movimientos de Rosales, por estar él a la “pata del mingo del candidato”. En su primer email mencionó la famosa reunión pautada entre Rosales y Rangel, la misma que me había informado Gutiérrez una semana antes. Cuando el plan fue develado y Rosales y Rangel fueron “capturados” in fraganti, el primero justificó el meeting alegando que se había reunido con el vicepresidente como gobernador del Zulia, para solicitarle fondos para su estado. Algo que ni él mismo se creía.
Fue aquel misterioso personaje, que luego desapareció de mi red, quien me informó que se estaba planificando la justificación de la “derrota” de Manuel Rosales, achacándola a la alta abstención.
Las cifras por la abstención, como los votos nulos, los votos a favor o en contra del régimen, son manipulables. La abstención y los votos nulos, luego me enteraría, son empleados por el CNE como “comodines”, para rellenar el colchón de electores virtuales que hacen la diferencia entre los electores reales, que no pueden – en Venezuela – sobrepasar a los 13 millones – y “virtuales”. Según el CNE, el padrón electoral cuenta con más de 17 millones de electores “registrados”, es decir, un colchón a cuadrar de unos 4millones de electores, que votaron nulo o que no acudieron a las urnas: ¡más fácil que barrer con manguera de presión!
Mi informante me había dicho que se comenzaría a fomentar la abstención de una vez, faltando cuatro semanas para las elecciones. Entonces algo interesante sucedió.
Estaba viendo Globovisión, desde mi cable en Miami, y me pongo a observar una entrevista que el periodista Miguel Ángel Rodríguez le hacía a Luis Ignacio Planas, Secretario General de Copei, quien había acudido a los estudios de RCTV armado de su laptop.
Ahí Venezuela entera se enteró de que en una sola casa de tres cuartos en El Llanito (urbanización caraqueña), vivía, según el REP, unos 40mil electores. Nos enteramos de los chinos y árabes que fueron registrados en un mismo pueblo del interior venezolano: ¡TODOS EL MISMO DÍA! Ahí conocimos el registro electoral de Supermán y de Batman y cualquier cantidad de irregularidades y chanchullos. ¿Quién iría a votar luego de tan impresionante información? Se estaba poniendo en marcha “La Operación Abstención”.
La denuncia la hacía el Secretario General de uno de los dos grandes partidos políticos tradicionales de Venezuela, ante el periodista más contrario al régimen de entonces, propietario de una impresionante credibilidad. Cualquiera hubiera encontrado, en ambos jóvenes opositores, una valentía a toda prueba. Para no pocos, sin embargo, eran activistas de “La Operación Abstención”, sobre todo, cuando a pesar de todas esas gravísimas denuncias, ambos personajes llamaban al voto.
A las denuncias de aquella mañana, se les hizo un seguimiento mediático de altura. Globovisión envió sus cámaras a la ya-famosa vivienda de El Llanito y comenzaron los chistes sobre los electores chinos y el resto del zoológico. El “ciudadano” Castillo siguió aportando pruebas de los múltiples chanchullos e irregularidades, Súmate hizo lo mismo. De la noche a la mañana, se presentó un ejército de comunicadores sociales, analistas y políticos dispuestos a aportar, cada uno de ellos, una denuncia nueva. Se habló de un centenar de niños que en Maracaibo habían nacidos todos en el mismo día, con el apellido González y, que cuando llegaron a la edad de doce años, se cedularon todos el mismo día, con un numeral consecutivo. Sin embargo, quienes hacían las denuncias, remataban que teníamos que ir a votar… para evitar la trampa: ¿cómo así?
Lo que Manuel Rosales, como candidato presidencial de la oposición debió haber hecho fue retirar su candidatura, a menos que se subsanaran aquellas irregularidades. Claro, todo estaba fríamente calculado, porque YA NO HABÍA TIEMPO PARA DEPURAR EL REGISTRO ELECTORAL. Rosales, sin embargo, ni siquiera hizo el más mínimo intento por solicitar esa depuración… ni para hacer el “aguaje”. ¡El descaro era total!
La idea de aquella campaña subliminal por la abstención era sacar de las calles a la mayor cantidad de electores opositores el día de las elecciones, que serían el 3 de diciembre de 2006, ya que el “cómputo” de la abstención estaba ya cocinado. Es imposible saber, a ciencia cierta, cuantos electores decidieron no botar sus votos ante aquella evidente y requeté-anunciada trampa, pero no debieron ser pocos. Aún así, INCREÍBLEMENTE, el grueso de la población electoral opositora, ACUDIÓ A LAS URNAS.
En un programa radial en La Poderosa, “Lo Que Otros No Dicen”, dirigido por la hoy-desaparecida Raquel Regalado – periodista ícono de la oposición cubana en Miami – y ante su segundo moderador, el periodista venezolano (y propietario del periódico “Venezuela Al Día”), Manuel Corao, denuncié en el aire, CATORCE DÍAS ANTES DE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES VENEZOLANAS – lo que Rosales estaba a punto de hacer. El programa fue grabado en video y publicado en la Internet bajo la siguiente dirección:
http://www.mrr.name/VIDEO70.htm
Ver también este otro:
http://www.mrr.name/VIDEO11.htm
En ese programa, y apoyando nuestra tesis con respecto a la vía electoral y a la futura traición de Rosales, nos acompañó Roger Vivas, hoy en día imagen de esa planta radial miamense. Aproveché mi intervención para LLAMAR A VOTAR y así, como dije, BOICOTEARLE A ROSALES SU EXCUSA DE HABER PERDIDO POR LA DICHOSA ABSTENCIÓN.
He aquí la transcripción parcial de aquel programa radial histórico:
Robert Alonso – “Ese es otro peligro que hay. Que el día 3 o el día 4 salga Manuel Rosales por la madrugada a decir que perdió… ¿y perdió por qué? ¡Por la abstención! Venezuela es un país interesante. Miren: es el único país, donde la oposición, que está fuerte no pide las condiciones…”
Raquel Regalado – “Eso es lo que yo iba a decir: ¡van a ir a lo mismo!”
Robert Alonso – “Es (Venezuela) el único país donde el que está fuerte, no pide las condiciones constitucionales y legales. No se puede ser supra-constitucional. Tienen que exigirlas y tienen que ir (a las elecciones) por esa regla. Ahora: el único país, donde el contrario – que está débil – supuestamente el oficialismo, no las quiere dar (dar esas condiciones), porque es macho. Pero es (Venezuela) el único país en el mundo, donde un opositor como yo, radical, está mandando a la gente que vote por el candidato a quien yo no quiero, tampoco (Manuel Rosales), para que ese candidato no se haga AUTO-TRAMPA, es decir, NO SE HAGA AUTO GOL. Es decir: voten para que no digan que hubo abstención y matarle ese gallo en la mano al hombre (a Manuel Rosales).”
Roger Vivas – “Con un agravante, que ahora quienes están diciendo que por la vía electoral salimos de Chávez, son los mismos que el año pasado, por esta fecha, estaban diciendo: ¡hay trampa!”
Raquel Regalado – “¿Cuál puede ser el epílogo, vamos a decir, si no hay la guaikidia esta (quiso decir “La Guarimba”), después del día 3. Hay varios escenarios… vamos a decir: uno, que Chávez diga que ganó; otro, que Rosales diga que perdió… y el otro: ¡que la gente se lance a la calle!”
Robert Alonso – “Si vamos a hacer una apuesta. Si usted quisiera hacer una apuesta conmigo: ¡le apuesto a que Rosales va a decir que perdió! Es que esa es la excusa perfecta. ¡Esa es la excusa perfecta! Por eso es que estoy llamando al voto. La gente dice: se volvió loco Robert Alonso. Voten por Rosales, para que Rosales no nos haga trampa: ¡eso es insólito!
Manuel Corao – Bueno ¿pero en qué te basas para decir eso… que Rosales va a echar para atrás? O sea: ¿tú vas a suponer que Rosales ganó y va a aceptar (Rosales) que no ganó?”
Robert Alonso – “Rosales va a ganar… ¡pero a arrasar! Porque es imposible que Chávez tenga (en términos de votos), lo que él dice que tiene…!
Manuel Corao – “¿Y por miedo a Chávez va a decir que perdió?”
Robert Alonso – “No por miedo a Chávez, ¡por arreglo con Chávez desde hace tiempo…!”
Raquel Regalado – “¿Por una componenda?”
Robert Alonso – “¡Por una componenda, claro que sí…!
Manuel Corao – “¡Eso es un escenario totalmente nuevo!
Raquel Regalado – “¿Bueno y Rosales no afirmó que Chávez había ganado (el Referéndum Revocatorio de agosto de 2004)?”
Robert Alonso – “Aceptó que (Chávez) ganó el Referéndum Revocatorio”
Manuel Corao – “No, Rosales no aceptó que Chávez ganó el Referéndum Revocatorio… simplemente que él estaba con las fuerzas que estaban en contra de Chávez, que era el Sí (la opción del “Si”). El (Rosales) no aceptó que Chávez hubiera ganado (el Referéndum Revocatorio)”
Robert Alonso – “No… ¡claro que sí”! Métete en la Internet, está en la Internet. Y después (Rosales) trató de remendar el capote diciendo: no es que no nos han dado contundencia. Es verdad. Mira, no nos han dado contundencia, se los voy a decir, porque parte de la trampa esta es que nosotros no vamos a saber nunca quién ganó y quién no ganó… por lo mismo, ¡porque no hay transparencia!”
Manuel Corao – “Es verdad, si lo dijo, pero Rosales ha denunciado que la elección de las autoridades del Consejo Nacional Electoral, no se ha hecho conforme a lo establece la ley…”
Robert Alonso – “¿Y entonces por qué participa (en las elecciones). Por qué participa?
Manuel Corao – “Bueno, porque considera que es el camino, a través del voto…”
Robert Alonso - “Mira, Manuel. El único camino que considera Rosales y ya lo ha dicho, inclusive entre líneas, que el día 4 (de diciembre de 2006), hay que ir a cobrar. ¿Qué es lo que significa ir a cobrar? ¡Sublevarse! Porque ante un tirano, como lo es Chávez… porque yo sé cómo es Chávez y él (Rosales) sabe cómo es Chávez y todo el mundo sabe cómo es Chávez. Ahora, ¿cómo vamos a cobrar? Señor Presidente, ¿usted me puede pagar? Ahora, ¿quién vende una cosa, por ejemplo, yo voy a vender un carro y no le voy a pedir primero (al comprador), mire: fírmeme estos giros.”
Raquel Regalado – “¡No…no, no..! Además, Chávez va a hacer lo mismo que hizo cuando el Revocatorio: el día libre y todo el mundo se va a atrincherar dentro de sus casas, porque si no sale Rosales después y exige que él ganó el revocatorio (quiso decir las elecciones presidenciales), nadie va a salir.”
Robert Alonso – “¿Y cómo va a salir? ¿Y cómo va a salir (Rosales) en una situación como esa, donde hay 300mil hombres armados en las calles, en una situación como esa donde dicen ya que no va a haber televisora? ¿Quién va a convocar a la sublevación el día 3 en la madrugada?”
Raquel Regalado –“¡Entonces eso es una farsa…!”
Roger Vivas – “¡Una farsa!”
Robert Alonso – “¡Una farsa!”
Manuel Corao – “Es que ustedes están haciendo una suposición de que eso va a ser así, pero eso no es verdad…”
Raquel Regalado – “Bueno es que uno hace una suposición de acuerdo a los patrones, ya que no hace mucho tiempo eso sucedió… estamos poniendo como ejemplo algo que ya sucedió, no es la primera vez. Esto ya ha sucedido (que la oposición gane y luego reconozca la derrota).”
Manuel Corao – “Pero un momentico, Raquel. Es que el hecho está fundamentado, Raquel, en que esa suposición ustedes establecen unos puntos de los cuales son suposiciones. Pero los hechos que se han demostrado hasta ahora son simplemente que el Sr. Manuel Rosales ha dicho que cuando él gane las elecciones, va a salir a cobrar su victoria…”
Robert Alonso – “Bueno… ¡en catorce días lo sabremos!”
Una semana antes de las elecciones presidenciales venezolanas, fueron las elecciones presidenciales en Nicaragua. Ortega ya se había fortalecido gracias a la conchupancia de su otrora hiper-enemigo: Arnoldo Alemán. Antes de que se terminaran de contabilizar más del 15% (algunos hablan del 20%) de los votos, Eduardo Montealegre, el candidato con mayor opción de triunfo, aceptó su derrota, tal y como el Comandante Gutiérrez me lo había anunciado meses antes… y no sólo eso: esa misma noche se fue a levantarle la mano a Daniel Ortega y a celebrar el triunfo de los sandinistas en el comando de campaña enemigo. Se cumplían en Nicaragua los pronósticos del Comandante Marlon Gutiérrez.
A la siguiente semana le tocó el turno al bate al opositor Manuel Rosales, quien hizo lo mismo que había hecho en Nicaragua su homólogo Montealegre, tal y como lo había anunciado el Comandante Gutiérrez meses antes y como me había cansado de anunciarlo por todos los medios posibles. Al otro día de este nuevo mega-fraude con la participación necesaria y traidora de Rosales, aquellos locutores de La Poderosa que me habían insultado, renunciaron y aceptaron que hubo jujú. Llamaron traidor a Rosales, como hicieron unos cuantos que en Miami se dieron a la tarea de acusarme de rabioso radical, difamador, distorsionador y hasta de infiltrado del régimen de Castro.
No hace mucho, Rosales fue acusado de corrupción por uno que otro miembro de la Asamblea Nacional, una acusación que no dudamos esté sustentada, pero que jamás llegará al fondo del asunto, porque al régimen le interesa mantener vigente esa pieza tapada quinta-columnista. Si lo condenasen y lo llegasen a encarcelar, mantendría mi misma apreciación con respecto a él. Puede que lo metan preso, que le manden a quemar su alcaldía y que le hagan un atentado, donde muera uno que otro de sus guardaespaldas… como en su momento hicieron los sandinistas con Arnoldo Alemán, para incrementar la figura de este traidor nica como máximo dirigente de la “oposición”. Eso no modificaría mi percepción sobre ese personaje funesto que tanto daño le ha hecho ya a Venezuela y a las futuras generaciones de venezolanos, mis hijos y mis nietos, incluidos.
Rosales pudo haber hecho la debida presión, utilizando esa gran avalancha humana que lo respaldaba como candidato presidencial, a fin de obtener las condiciones mínimas para unas elecciones transparentes… así hubiéramos salido de dudas. Sin embargo, según él HUBO FRAUDE por medio de la manipulación de los votos, porque según él, el margen por el cual perdió no fue el mismo que acusó en sus cómputos el C.N.E. Es decir, SÍ HUBO TRAMPA. Jamás saldremos de dudas, porque a confesión de parte (aceptación de la “derrota”), relevo de pruebas. Así sucedió en la Venezuela de Chávez y así sucedió en la Nicaragua de Daniel Ortega… pero tales similitudes, solamente, se la podemos achacar a la coincidencia: seamos “objetivos”.
No podemos olvidar que el lema de Rosales era: “Gano y cobro”. En aquella oportunidad se llamó al pueblo a defender el voto. De ahí en adelante se puso de moda esa herramienta: la de la defensa del voto. Jamás algún dirigente de la oposición dijo cómo era que íbamos a defender ese voto… sobre todo, cuando más de 100 mil hombres en armas custodiaban cada rincón del país, con el llamado “Plan República”, sin contar a los grupos paramilitares, como La Piedrita, Los Tupamaros, los facinerosos de la Lina Ron, etc. ¿Cómo?
En aquella oportunidad, uno de los jefes de campaña de Rosales me dijo que no había músculos para poder exigir las condiciones previas, razón por la cual me pedía que no insistiera con mi campaña de presión para que Manuel Rosales exigiera unas condiciones que, al menos, nos hubiera dado algún chance de equilibrarnos electoralmente. Si no había músculos para exigir condiciones previas, ¿habría músculos para cobrar ante un proceso fraudulento? Por supuesto que no los habría, sin embargo, no hubo necesidad de músculo alguno, ya que nos mataron la cobranza en las manos, al aceptar la derrota antes de que nos cantara el primer gallo pataruco de la madrugada.
Mucho se ha dicho que en el referéndum del 2 de diciembre de 2007, Chávez fue presionado por una “fuerza” – la cual, hasta ahora, sigue siendo misteriosamente abstracta, para que aceptara su derrota. Sin embargo, esa misma fuerza que obligó a Chávez a aceptar aquella derrota, no fue capaz de hacerse presente para evitar que volviera a llevar a las urnas la misma cantaleta, esta vez bajo el disfraz de una enmienda… mucho menos fue capaz de evitar todas las irregularidades que se presentaron antes de llevar a cabo los comicios del 15F2009.
A pesar de todas las evidencias de fraude que se demostraron después, esa “fuerza” brilló por su ausencia. Ni los estudiantes, ni las fuerzas armadas, ni “Fuerza Divina” alguna, se hizo presente para reclamar la trampa. ¡Todo fue una farsa! Me cansé de publicarlo: después del referéndum (del 15F2009), “nuestros” líderes patalearán un poquito, porque hay que hacer algo “para engañar al público”… y luego nos volverán a montar en el carrusel electoral, bajo similares o peores condiciones de las que existieron en ese pasado proceso electoral. Exactamente lo que sucedió – y pronosticamos – en las elecciones municipales de Nicaragua, donde brotaron salteadas protestas que se diluyeron en medio de un “análisis profundo” por parte de los opositores conchupantes, quienes hoy ya se están preparando para la próxima mega-burla.
Así como Chávez ya había empleado a su gallo tapado para sus segundas elecciones presidenciales – a Francisco Arias Cárdenas – los hermanos Ortega hicieron lo mismo durante la guerra civil donde participaron los llamados “contras”, en la figura de Edén Pastora, el famoso “Comandante Cero”, quien – ahora lo sabemos – le abrió un frente de guerra a los sandinistas para así minimizar los daños bélicos verdaderos y darle volumen a las fuerzas opositoras. El pasado año, Daniel Ortega tuvo el descaro de CONDECORAR al “Comandante Cero” y éste último, de aceptar la condecoración, evidenciando – una vez más – que no son todos los que están ni están todos los que son… y que ambos, Ortega y Pastora, son y han sido siempre: caimanes del mismo pozo.
El aguante del pueblo nica, sin embargo, es digno de un profundo estudio social y político. Con la ayuda de esa oposición genuflexa y conchupante de Nicaragua, acudieron – recientemente - a las urnas para hacer el papel de imbéciles útiles, pero el fraude fue más que descarado y los sandinistas no dejaron ni un huequito para la oposición. El tiempo de la conchupancia se está agotando para los conchupantes nicas. De aquí en adelante pudiera ser sandinismo puro y al que no le guste que se vaya del país.
En consecuencia, más de un millón de nicaragüenses ya ha cruzado la frontera con Costa Rica, donde vive hacinado y tratado como lumpen. A esto hay que agregarle que más de la mitad de los ciudadanos nicaragüenses no tiene papeles de identificación ni partidas de nacimiento: son ilegales dentro de su propio país, una irregularidad reconocida por la UNICEF. En Nicaragua votan nicaragüenses con pinta de árabes, que no hablan español… ciudadanos nicas con fuerte acento colombiano o cubano, pero la mitad de su población no tiene derecho al voto, porque no puede identificarse.
Es evidente que ante regímenes así, no hay otra opción que la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida. Para el referéndum nuevo, del 15F2009, que Chávez se inventó, donde “ganó” con más de un millón de votos, más de 80mil ciudadanos venezolanos, nuevos votantes, fueron sacados del juego electoral. Una cuenta que no le interesaba al régimen variar, porque el caudal de votos a favor ya había sido legalizado, legitimado y aprobado por propios y extraños entre el referéndum del 2 de diciembre de 2007, cuya derrota aceptó y las pasadas elecciones regionales, donde la oposición se adjudicó unas cuantas gobernaciones y alcaldías… pero que le sirvieron al régimen para consolidar y legitimar ese caudal de votos con el cual ahora ganó el último de los referendos: el más importante de nuestra historia como república. Un evento comicial que debimos haber evitado a toda costa, para lo cual teníamos cualquier cantidad de elementos justificativos, en lugar de acudir a él a sabiendas de que terminaría constituyéndose en el fraude más descarado que se ha montado en la Venezuela contemporánea.
La manipulación del padrón electoral en ambos regímenes, el nica y el bolivariano, obedece al libreto emanado de un mismo manual, el “Manual del Castro-Estalinismo Moderno”. Este descaro, entre muchos otros, aumenta en la población electoral de la oposición un desinterés por participar en los comicios, aumentando el índice de abstención, el cual, unido a la participación de los candidatos de la oposición, favorece grandemente a ambos regímenes. Si bien la abstención es un factor que perjudica, supuestamente, a la oposición, no debemos pasar por alto que la misma es producida – en gran parte – por la falta de confianza en el proceso electoral mismo y en la dirigencia opositora. De esta manipulación de los sentimientos de los votantes hablaremos más profundamente en el transcurso de este libro.
Lo que sí ha quedado más que claro es que a ninguno de estos regímenes les importa un grano de maíz lo que se diga, o se haga, allá afuera, en eso que mientan comunidad internacional. No le importa las condenas ni las sanciones de los organismos internacionales, como la O.E.A., la O.N.U., o El Santo Sepulcro de los Sapos Muertos. Pensar que esos organismos van a mover un dedo para ayudarnos a sacar de nuestras naciones a sátrapas de esta calaña es, sencillamente, absurdo… a menos, claro, que vean una opción real de cambio o sus intereses se vean afectados por el embasuramiento del país oprimido o la región geográfica donde éste se encuentre, como fue el caso de Nicaragua, que tanto se ha mencionado en Venezuela.
Robert Alonso
XXXXXXXXEL MANIFIESTO
XXXXXXDE LA NUEVA LUCHA
XXXXX(“MANIFIESTO DE LA LIBERACIÓN”)
I. EL ÚNICO OBJETIVO
El único objetivo de esta nueva lucha es erradicar de suelo patrio a los regímenes que nos han mancillado la libertad y los más elementales derechos consagrados a la humanidad.
II. EL CAMINO HACIA ESE ÚNICO OBJETIVO
Unir a nuestra sociedad civil en torno a una nueva lucha: la resistencia no-violenta cuyo fin será la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida; la cual, a su vez, busca provocar la insurrección (implosión) militar necesaria para deponer al enemigo apátrida del poder.
III. AL FINALIZAR LA LUCHA
Al finalizar la lucha para defenestrar a los regímenes deslegitimados y traidores, se instalaría en nuestros países un gobierno cívico-militar que pondría orden en la sociedad, haría justicia y sentaría las bases para la redacción de una nueva constitución con la participación de todos las fuerzas vivas democráticas existentes.
IV. CARACTERÍSTICAS DEL ENEMIGO
Debemos comenzar por conocer y entender al enemigo como un ente apátrida y traidor que no conoce fronteras, que desconoce la piedad y que empleará todos los medios disponibles para justificar su único fin: mantenerse firme y eternamente en el poder, en pro de su beneficio personal y el de unos pocos.
Para el enemigo es mantenerse en el poder o morir. No hay otra. Estamos hablando de una muerte física, ya no política. Hugo Chávez, por ejemplo, está consciente de que el día en que él pierda el poder, perderá la vida física porque no podrá mantener la seguridad que hoy le ofrece su régimen. Para el enemigo es seguir “comiendo gallina”, so pena de “morir arponeado”.
Ante tal contrincante no hay tregua. No hay posibilidades de entendimiento... de diálogo ni de esperanzas de eliminarlo por medio de la vía electoral. A un enemigo así hay que sacarlo con fuego: el fuego de la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida que desemboque, irremediablemente, en una insurrección militar.
V. CON QUÉ CUENTA EL TIRANO
El tirano tiene dos grandes recursos: dinero y armamento militar, precisamente con lo que no cuenta la sociedad civil. Para nosotros, el enemigo es invencible en el campo militar, en el campo de la violencia. La violencia le es de su absoluto monopolio, su mayor aliado, de ahí la necesidad de luchar en un plano diferente, donde él no cuente con recurso alguno.
El enemigo, además, tiene el apoyo incondicional de la llamada “comunidad internacional”, porque allá afuera se es alérgico a los cambios radicales que pudieran poner en peligro a sus propios intereses. Por ejemplo, una desestabilización sostenida del régimen actual en Venezuela, desestabilizaría el mercado energético a nivel mundial, lo que traería un instantáneo dolor de cabeza en los ámbitos políticos y económicos en los países industrializados del llamado “Primer Mundo”.
Para eliminar ese apoyo incondicional del cual hoy son acreedores estos regímenes, debemos afectar – sostenidamente – los intereses internacionales y para eso, la mejor manera es “embasurando” al país oprimido mediante una paralización total, absoluta y sostenida... a través de la sublevación cívica no violenta. Un verdadero, efectivo y sostenido PARO GENERAL.
Una vez que la “comunidad internacional” entienda que el desbarajuste se mantendrá indefinidamente en el país convulsionado mientras las existentes autoridades estén frente al poder y que la sociedad civil de ese país no tiene la más mínima intención de amainar la resistencia, otro gallo le comenzará a cantar al régimen y esa “comunidad internacional” cambiará inmediatamente de bando, colocándose del lado de la inminentemente nueva opción de poder, es decir: del lado del pueblo sublevado.
VI. CON QUÉ NO CUENTA EL TIRANO
El enemigo no cuenta con el apoyo incondicional de la inmensa mayoría del pueblo, así parezca lo contrario en regímenes en los cuales se ha implantado el terror como un método de “seguridad ciudadana” y existe una doble moral, donde cada quien lleva puesta una careta. Una vez que ese pueblo mayoritario explote de manera generalizada y sostenida, no habrá forma de controlarlo. Los tiranos lo saben y le temen a las sublevaciones.
Precisamente, la carencia del enemigo es nuestra mayor herramienta. Nosotros contamos con ese pueblo mayoritario: ¡nuestro gran ejército! Es a ese pueblo a quien debemos comprometer en la lucha de resistencia no-violenta.
Si bien el enemigo cuenta, por ahora, con el apoyo internacional, ese apoyo es efímero y se disolverá de inmediato al entender - la “comunidad internacional” - que el pueblo está decidido a cambiar de autoridades y a defenestrar a la tiranía.
Será la “comunidad internacional”, entonces, un valioso aliado que hará su parte para presionar al tirano a que abandone el poder para buscar con ello la estabilidad regional y, en casos como Venezuela: la estabilidad energética mundial.
Pero no nos engañemos. El régimen puede perder absolutamente todo el apoyo del pueblo, que si éste no se subleva es como si ese apoyo no lo hubiera perdido. La historia está llena de ejemplos de países subyugados por odiosas tiranías y las mismas se mantuvieron por décadas en el poder a través del terror, porque sus pueblos jamás fueron inducidos a la sublevación y equivocaron sus métodos de lucha... hasta un día.
VII. CUÁL ES NUESTRO RETO INMEDIATO
Nuestro reto inmediato debe de ser cohesionar a la sociedad civil en un ente compacto y dispuesto a seguir las instrucciones dentro de una estrategia YA PROBADA de lucha, que obedece a la modalidad de la resistencia no-violenta.
Debemos comprometer a ese pueblo opositor a que se una a la resistencia de una manera activa, participativa y decidida.
El primer paso es el de educar a la sociedad civil a sublevarse de manera activa, generalizada y sostenida, donde se logre el ÚNICO OBJETIVO de derrocar la tiranía con el menor trauma posible. Cada gota de sangre de nuestros hermanos es parte del tesoro nacional. Debemos preservar cada gota de nuestra sangre para la reconstrucción del país.
No es fácil educar a todo pueblo, sin embargo, nuestras instrucciones son sencillas, como veremos más adelante. El enemigo puede enterarse de esta estrategia sin mayores peligros para la sociedad civil, ya que las tiranías no cuentan con los recursos para combatirla. Además, los regímenes totalitarios, a estas alturas, conocen muy bien qué les viene encima cuando un pueblo se une en torno a la resistencia no-violenta.
Los regímenes harán todo lo posible – e imposible – para evitar que un movimiento de resistencia no-violenta tome fuerza, pero cuando vean que el intento es fallido y la sociedad está decidida a organizarse en un solo bloque, comenzarán a “pedir cacao”... a intentar diálogos de “entendimiento”. Al final empezarán a derrumbarse y a perder afectos dentro de sus cuadros internos, tanto políticos como militares. Esa es la experiencia histórica que los tiranos todos conocen y toman muy en cuenta. Hemos oído, por ejemplo, por la boca del propio Hugo Chávez, el daño que las estrategias de resistencia no-violenta les han causado a grandes tiranos de la historia contemporánea y así lo ha relatado en cadena, asombrosamente y a modo de queja, el tirano venezolano.
VIII. TOMEMOS LA OFENSIVA
Hasta ahora los regímenes totalitarios han sido exitosos en tomar y mantener la ofensiva. Por ejemplo, Chávez planifica todas las semanas la agenda de la oposición venezolana en su espacio mediático (radio y televisión) “Aló Presidente”, al anunciar una “bomba” cada domingo. Eso genera una reacción DEFENSIVA de la oposición y así la entretiene durante siete días, hasta el próximo programa... o nuevo escándalo.
Es necesario que los medios de comunicación reseñen las noticias que genera el “oficialismo” de manera casual, pero que nuestros comunicadores no se hagan eco de ellas. Al contrario, pongamos al régimen a comentar las nuestras.
IX. RETÉMOSLE E IGNORÉMOSLE
La verdadera resistencia es un constante retar al régimen. No debe pasar un día en el cual no lo retemos.
La sociedad civil puede organizar eventos - a modo de “tareas” – que reten al régimen. Estos eventos deben de ser ingenuos y absolutamente legales. Por ejemplo, se puede organizar una jornada de varias horas donde todo el pueblo opositor salga al frente de sus respectivas viviendas y, sin obstaculizar el tránsito, rezar el rosario. Todo un pueblo unido rezando el rosario... MOSTRANDO SU RECHAZO AL RÉGIMEN.
Otra “tarea” para retar al régimen podría ser ponerse todos de acuerdo e ir a visitar a un connotado preso político. En ninguno de estos casos habrá necesidad de solicitar permiso para manifestar. No se trata de una marcha organizada.
Claro está que ese reto establecerá un dinamismo que se irá evaluando sobre la marcha, porque no sabemos cuál será la exacta reacción del régimen ni podemos calcular su nivel o intensidad en el campo de la represión.
Al mismo tiempo en que retamos al régimen, lo ignoramos. Debemos pretender que no existe. De hecho: ¡no existe! En Venezuela se levanta el edificio donde una vez funcionó el Congreso Nacional, pero quienes se reúnen hoy en su inmueble, que ahora mientan “asamblea” (como en Cuba), no tienen legitimidad. No los podemos re-legitimar tomándolos en cuenta para nada. Son fantasmas. Uno no se sienta a hablar con fantasmas a menos que se trate de una sesión espiritista. Tomar en cuenta al régimen y a sus acólitos es hacerles el juego y caer en el campo donde ellos se sienten a sus anchas.
No debemos pedirles absolutamente nada a las entidades del régimen. No hay que introducir nada ante la Fiscalía General ni acudir al Tribunal Supremo de Justicia para nada. Esos organismos, al igual que el Congreso, son cascos vacíos usurpados por fantasmas temporales. Por supuesto que no acudiremos a municipio alguno para solicitar permiso para marchar por el territorio nacional.
Sentarse en la mesa de negociaciones con los fantasmas... pretender que modifiquen sus dictámenes, votar en elecciones en contra de ellos (aunque en ocasiones nos dejen “ganar”, como el gato deja que el ratón “se escape” antes de matarlo y comérselo), es perder el tiempo, legitimarlos y retrasar nuestra lucha de resistencia, porque la distorsionamos. En la resistencia se resiste, no se dialoga ni se participa... ¡tampoco se vota! Retamos e ignoramos al régimen día-a-día.
En una lucha de resistencia no acudimos a las citaciones que nos hacen los fiscales ni los tribunales fantasmas. Tampoco pedimos la libertad de nuestros presos. No hablamos con fantasmas.
Esto, como es lógico, supone un gran sacrificio, pero ¿qué lucha no es sacrificada? Es eso, o perderlo todo, incluyendo nuestra dignidad como pueblo. De todas maneras, si no resistimos adecuadamente, terminaremos perdiéndolo todo: ¡la Patria incluida!
X. EL DÍA D
Toda esta lucha de resistencia no-violenta tiene como finalidad llevar al país nacional al “Día D”. El día en que la sociedad civil se sublevará de manera activa, generalizada y sostenida en contra de aquellos regímenes tiránicos. Se habrán acabado las tareas ingenuas y habrá llegado el momento de la verdad.
SUBLEVACIÓN ACTIVA – Porque cada quien participará activamente en la sublevación.
SUBLEVACIÓN GENERALIZADA – Porque tenemos que sublevarnos a lo largo y ancho del país. En cada urbanización o barrio. En cada ciudad, en cada pueblo: ¡EN CADA CALLE! Esa sublevación generalizada debe de ser al unísono, es decir: todos a la vez y en todas partes.
SUBLEVACIÓN SOSTENIDA – Porque tenemos que mantener la sublevación hasta lograr el único objetivo: sacar del poder al tirano y a sus acólitos.
Hay muchas maneras de sublevaciones cívicas. Las hay violentas y no violentas. Por ejemplo, la sublevación que Hugo Chávez convocó, sin éxito, apenas salió de prisión en marzo de 1994, desde el programa de televisión de José Vicente Rangel, fue una sublevación violenta, al estilo del “Mayo Francés” (de 1968).
Ver el siguiente video:
http://www.mrr.name/VIDEO10.htm
La sublevación que nuestro movimiento de resistencia sugiere es no-violenta, al estilo de Serbia, de Filipinas y de muchas otras no-violentas que han dado resultados positivos e incruentos.
Las sublevaciones de Francia, Serbia y Filipinas cumplieron con sus respectivos objetivos, sin embargo, nosotros preferimos la estrategia de la no-violencia por ser la más factible de realizar, la más efectiva, la menos traumática… y la más segura.
La histórica sublevación violenta del “Mayo Francés” fue contra el gobierno democrático del General Charles De Gaulle.
Las no-violentas mencionadas arriba, fueron en contra de dos sanguinarios y genocidas tiranos: Ferdinand Marcos (en Filipinas) y Slodoban Milosevic (en Serbia).
La sublevación en sí es una vía. Es la última “batalla” antes de lograr los objetivos planteados. En el caso de sacar del poder a un tirano, la sublevación cívica debe culminar con la IMPLOSIÓN (o insurrección) militar. Para entonces ya las condiciones estarán lo suficientemente “maduras” como para evitar escenarios de mayores violencias entre militares.
Dentro de esa sublevación no-violenta está la modalidad de “La Guarimba”, la cual hemos venido promoviendo en Venezuela durante muchos años y, en cierto modo, se aplicó entre los días 27 de febrero y 5 de marzo de 2004 con un éxito total, a pesar de no haberse llevado a cabo debidamente porque muchos no observaron las tres reglas doradas (e inviolables) de “La Guarimba”.
“La Guarimba” en Venezuela pudo haber depuesto al régimen en una semana, de no haber sido por la traición de un sector de los líderes “opositores” que pactaron con Hugo Chávez cuando la verdadera oposición popular iba ganando. Uno no se sienta a dialogar cuando tiene a la vista la victoria. La rendición del enemigo debe ser INCONDICIONAL.
XI. NUESTRO MAYOR RETO
El mayor reto de toda sociedad civil que pretenda lograr su libertad a través de la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida es de carácter comunicacional. Es imperativo enseñarle a todo un pueblo la manera más expedita, correcta y SEGURA de sublevarse sin exacerbar la violencia.
Ojo: No hay que confundir pacifismo con no-violencia. El pacifismo es una forma de vida. La no-violencia es una estrategia de lucha. El 99.99% del pueblo sublevado debe evitar la violencia por razones tácticas más que por convicción moral. La violencia funciona a favor del régimen. Transmitir por TV escenas de muertos en las calles podría desmantelar la sublevación cívica tan pronto como ésta arranca. Es por eso tremendamente importante NO DESPLAZARSE más allá del frente de nuestras viviendas (de nuestras “guarimbas”). De hecho, no es necesario estar en las calles durante “La Guarimba”. Solo necesitamos asegurarnos que nuestras barricadas, frente a nuestras viviendas, estén trancando la vía. Sólo saldremos de nuestras casas para repotenciar aquellas barricadas que ameriten ser repotenciadas.
Decíamos que nuestro mayor reto es, sin duda alguna, de carácter comunicacional. El pueblo debe saber cuál es la manera exacta de aplicar “La Guarimba” dentro de una sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida.
Habremos logrado vencer la barrera de esa dificultad comunicacional mediante la creación de “CELULAS DE RESISTENCIA”.
En biología, la célula es la unidad esencial que forma a todo ser vivo. Es además la estructura anatómica y funcional fundamental de la materia viva, capaz de vivir independientemente como entidad unicelular, o bien, formar parte de una organización mayor, como un organismo pluricelular. Nada hace el régimen con desmantelar UNA célula de resistencia, porque ella forma parte de un todo organismo pluricelular que está representado por millones de ciudadanos quienes no se conocen entre sí. Cada “célula de resistencia” consta de cinco “núcleos” o individuos. Cada individuo solamente conoce y se comunica con otros cinco. En otras palabras: es MATERIALMENTE IMPOSIBLE desmantelar un sistema u organismo pluricelular.
Estas células de resistencia servirán para divulgar la manera correcta y segura de sublevarnos, además: conformarán la más perfecta red de comunicación del sistema pluricelular de resistencia. A través de las células de resistencia nos iremos comunicando como hacen los africanos en la selva con sus tambores. En cuestión de horas podremos comunicar una información a millones de ciudadanos… y si se nos caen los medios de comunicación, como la telefonía o la red de la Internet, podremos comunicarnos boca-a boca, cara-a-cara, porque un individuo, dentro de esa compleja red pluricelular, solamente tiene la responsabilidad de contactar a los miembros de la célula de resistencia que él o ella creó, es decir: A CINCO PERSONAS, no más.
Cada uno de nosotros debe convertirse en “PRECURSOR DE LA LIBERTAD” creando nuestra propia célula de resistencia, es decir, invitando a nuestra casa a CINCO personas. No serán SEIS o más… ni serán CUATRO o menos: SERÁN CINCO PERSONAS NADA MÁS. Necesitamos mantener cada célula lo más manejable posible y si consta de muchos “núcleos” (individuos), se nos hará más difícil contactar a cada uno de ellos en el momento crítico. Recuerden: CINCO PERSONAS NADA MÁS.
Una vez en la reunión, leeremos este manifiesto. Cada invitado se alternará en la lectura de cada párrafo, así se mantendrán atentos y nos aseguraremos de que cada quien haya entendido su contenido.
Leyendo este manifiesto aprenderán la manera más adecuada y segura de implementar “La Guarimba”, es decir:
* Trancando los metros cuadrados de
calle que están FRENTE a nuestras viviendas…
* No desplazándonos más allá del frente
de nuestras viviendas…
* No confrontando con el enemigo…
Así de sencillo Y DE SEGURO es el asunto para el 99.9% de la población sublevada. Habrá “otros” que harán “otras cosas” pero “esas cosas” no las sabrá el régimen hasta que llegue el momento, razón por la cual es IMPERATIVO que el 99.9% de la población NO SE DESPLACE, pues podría ser muy perjudicial para aquel que decida hacerlo.
Sin embargo, habrá que explicar un poco más porque la mayoría de los seres humanos gusta de ponerse barreras. Siempre habrá aquel que pregunte: ¿y qué ganamos trancando las calles? Siempre habrá alguien que tiene un “plan” mejor. Jamás se han enfrentado a una tiranía castro-estalinista, pero pretenden tener la “solución” al trauma colectivo. Al final, son esos los primeros que no participan de una manera o de otra.
La sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida ha sido ampliamente probada en otros países. Habrá quien diga: “sí… eso habrá sido en Serbia, pero aquí no somos serbios”. En fin. Siempre habrá quien guste de ponerse barreras. Dejemos que sea el enemigo quien nos ponga las barreras, no seamos nosotros mismos quienes nos auto-limitemos.
XII. SU FUNCIÓN CÍVICA Y ACTIVA
Es importante, pues, explicar – entre otras cosas – cuál es la función cívica y activa de “La Guarimba”, como una modalidad de sublevación.
La única función cívica y activa de “La Guarimba” es la de paralizar al país de una manera generalizada y sostenida, logrando un VERDADERO PARO GENERAL: ¡un verdadero paro general!
Eso solo es suficiente como para defenestrar al más obstinado tirano, sobre todo, porque al pasar los días se tiene que buscar una solución y al no haber otra que cambiar los factores de poder, lo único que quedaría sería la insurrección militar presionada internamente por millones de ciudadanos sublevados y externamente por la llamada “comunidad internacional”. Así ha funcionado siempre. El régimen perderá el apoyo interno, el de sus militares, acólitos y/o policías. Así las cosas, la única vía factible sería el abandono del poder.
Eso le sucedió a Milosevic… a Marcos, a Batista, a Aristide, a Fujimori, a Pérez Jiménez, a Ceaucescu en Rumania y a Erich Honecker en la Alemania Oriental, entre muchos otros tiranos que fueron depuestos tras una presión popular de mayor o menor grado de violencia.
“La Guarimba” es una de tantas maneras de provocar esa necesaria presión interna y externa para que los tiranos abandonen el poder. Es, además, la manera más segura y expedita, si la hacemos correctamente.
La mayor parte del pueblo solamente tiene que comprometerse a trancar el pedacito de calle que está frente a su casa, a no alejarse más allá del frente de su vivienda y a no confrontar con el enemigo. Quedarse dentro de su hogar (de su refugio o “guarimba”) es lo mejor… de ahí el nombre de esta estrategia ya que “guarimba” significa, en uno de los dialectos caribes: refugio. En esta estrategia de “LA GUARIMBA”, el elemento más importante es el refugio de los participantes, la “guarimba” de los participantes. Es entendible el por qué no debemos desplazarnos más allá del frente de nuestras “guarimbas”, de nuestros “refugios”. Al menor indicio de peligro, nos retiramos “estratégicamente” a la seguridad de nuestras “guarimbas”, de nuestros “refugios”: de nuestras viviendas.
XIII. LOS “PEONES CIRCUNSTANCIALES”
Todo régimen sobrevive con la necesaria ayuda de los “peones circunstanciales”. Estos son aquellos que conforman, por motivos circunstanciales, las fuerzas armadas y los organismos policíacos de represión o prevención. Estos “peones” (soldados y policías) cambian de bando con las circunstancias. Al cambiar el gobierno, cambian de bando.
Debemos captar a los “peones circunstanciales” del régimen para que nos ayuden a modificarle, para bien, el destino al país. Además, los “peones circunstanciales” podrían salvar cientos de vidas de nuestros aliados al momento de una sublevación.
Es muy fácil hablar con “ellos”… con los “peones circunstanciales”. Muchos de los “núcleos” de las células de resistencia conocen a un “peón”… o son familia de uno de ellos. Hay que pedirles que llegado el momento, disparen por encima de nuestras cabezas, con todo lo que eso significa. A esos “peones” hay que irlos ablandando. Todos ellos tienen familia y muchos familiares de los “peones”, están del lado de la patria, no del régimen y formarán parte de nuestras células de resistencia.
XIV. LAS “CONDICIONES OBJETIVAS”
La situación momentánea de un determinado país es evaluada por las condiciones subjetivas y/u objetivas. Ambas condiciones son tremendamente cambiantes... dinámicas.
CONDICIONES SUBJETIVAS – Son aquellas condiciones que CREEMOS existentes en un determinado país en un momento específico en el tiempo. Las condiciones subjetivas NO SON precisamente las reales: son las que un grupo pudiera creer existentes. Por ejemplo, nuestros líderes de la resistencia pudieran pensar que están dadas las condiciones para convocar a la sublevación, cuando, en realidad, no es así... en cuyo caso, el llamado a la sublevación podría fracasar.
CONDICIONES OBJETIVAS - Son las reales. Las existentes. Cuando la marcha del 11 de abril de 2002 en Venezuela, estaban dadas las condiciones objetivas para una sublevación. Lo mismo sucedió en la tarde del 27 de febrero de 2004, cuando se prendió “La Guarimba”.
Oigan bien: es un requerimiento imprescindible que estén dadas las “condiciones objetivas” (las verdaderas) para llamar al pueblo a la sublevación o para que el pueblo se subleve de manera espontánea. Habrá que esperar el momento adecuado y mientras tanto, nos vamos preparando con “tareas”, retando al régimen e ignorándolo en todos los sentidos, pero – sobre todo – divulgando, a través de las células de resistencia el mensaje de sublevación y las instrucciones de cómo sublevarnos de una manera adecuada y segura. No se puede PROGRAMAR una sublevación. Aquel líder que convoque la sublevación a distancia, es decir, dentro de un mes o más… que “planifique” la sublevación, es – seguramente – un traidor cuya misión es la de EVITAR la sublevación y fomentar la depresión colectiva. Lo mismo podemos decir de aquellos líderes que llamen al DESPLAZAMIENTO de la población. LO ÚNICO que están buscando son unos muertos, para “matar” también la opción de la verdadera y efectiva sublevación.
XV. ¿Y DESPUÉS QUÉ?
Una pregunta muy válida es qué sucederá en el país después del derrocamiento de la tiranía. ¿Quién tomará el control del país?
Esa es una pregunta imposible de responder. Puede que se monte un “gorila” con intenciones muchísimo más malsanas que las que tenía el tirano depuesto, lo cual sería difícil... pero no imposible. ¿Qué haríamos entonces? Lo mismo que hicimos para sacar al tirano anterior, sólo que esta vez se nos hará infinitamente más fácil porque ya sabremos cómo sublevarnos y el poder de la sublevación en manos de la sociedad civil.
Sin embargo, no se nos ocurre un sistema más funesto, cruel, aberrante y satánico que el Castro-Estalinismo, así que nada podría ser peor.
XVI. ¿CÓMO COMENZAR UNA CÉLULA DE RESISTENCIA?
La etapa más sencilla – Y LA MÁS IMPORTANTE – de toda sublevación cívica es la creación de UNA “célula de resistencia”: de la primera. He aquí cómo se logra paso por- paso:
PRIMERO – Debemos imprimir SEIS copias del “Manifiesto de La Liberación”, este manifiesto que estamos leyendo en estos momentos, que también puede ser bajado y copiado en la siguiente dirección cibernética:
http://www.mrr.name/manifiesto.pdf
SEGUNDO – Debemos invitar a nuestra casa a CINCO amigos, familiares o compañeros de trabajo que estén del lado de la Patria. Sería perfecto que estos individuos no se conocieran entre sí y que no trabaran amistad de ahí en adelante. No presenten a los invitados, ni divulguen sus nombres entre ellos… en el caso de que no se conozcan, claro.
TERCERO – En la reunión cada participante debe turnarse para leer un párrafo de este manifiesto, cuya copia habrá recibido al comienzo de la reunión. Si hubiese acceso a la Internet, sería bueno revisar nuestro sitio en la red.
http://www.mrr.name/celula.htm
CUARTO – Cada participante debe COMPROMETERSE a crear una célula de resistencia de la misma manera.
QUINTO – Debemos velar porque nuestros CINCO “núcleos” hayan cumplido la misión de crear una nueva “célula” cada uno.
SEXTO – Debemos estar pendientes de revisar constantemente nuestro sitio en la web, donde estaremos impartiendo información importante. ¡EN MENOS DE UN MES HABREMOS CONTACTADO A CASI 10 MILLONES DE HERMANOS!
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